Historias de brujería - La limpia con huevo

Evaristo había enviudado hace cierto tiempo. Cuando estuvo casado construyó junto con su esposa una gran casa e hizo muchos negocios. En pocas palabras era un hombre que tenía dinero. Al morir su primera esposa, y tras un largo tiempo de duelo, Evaristo conoció a Carla y se casó con ella. La familia de su difunta mujer miraba con malos ojos la nueva relación así que siempre estaban intrigando porque no querían que el dinero pasara a manos de otra. Evaristo, quien sabía que Carla era una mujer trabajadora que no le pedía nada no hacía caso de las intrigas y decidió cortar lazos con su primera familia política y esta se volvió aún más agresiva con él.

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Al poco tiempo Carla quedó embarazada y dio a luz a un niño, el primer hijo de Evaristo, pero el niño empezó a enfermar y los doctores no sabían dar con el problema que tenía. Tanta era la desesperación de los padres que llevaron al pequeño Evaristo (se llamaba igual que el padre) con Lina, una mujer conocida en el pueblo por leer las cartas y hacer limpias. Cuando Lina vio al niño, al notar que era tan solo un bebé, decidió solo hacer la pasada de huevo en compañía de la madre de aquel. La mujer siguió el proceso que siempre había seguido hasta que finalmente rompió el huevo en su copa de cristal, una ola de moscas salió de dentro del huevo, en todos sus años de experiencia ¡nunca había visto nada parecido!

Como Lina era una mujer que sabía de brujería (aunque no la practicaba), decidió echar las cartas para conocer qué era lo que pasaba con el niño. Entonces descubrió algo y se lo dijo a Carla: "La familia de la esposa muerta, ha mandado mal de muerte a tu familia, para que caiga sobre tu esposo o tu hijo. Han invocado a fuerzas extrañas para que se encarguen de esto, por eso tu hijo no sana. Es necesario hacer una mesada para espantar al demonio que han llamado." - La madre del niño estaba asustada y sorprendida porque nada había dicho a Lina de la riña que existía entre la antigua familia política de su esposo y aquel y tampoco le había dicho a Lina que pocos días atrás ella misma había visto a un aparecido con forma demoniaca en su casa, cerca de su niño.

Según cuenta Lina, la mesada se hizo y el bebé se recuperó. Hoy en día el niño, que ya tiene 12 años, sigue yendo a visitarla en agradecimiento.