Historias de Fantasmas - Las calaveras de la casa

Hace algunos años atrás, Lurín fue ocupado por una antigua civilización. De eso, hoy quedan vestigios en el Santuario Arqueológico de Pachacamac, pero en los alrededores, donde se construyeron casas, si se excava un poco, se puede dar aún con restos óseos, vasijas, y otras piezas. Cuando mis abuelos construyeron su casa en Puente Lurín (Julio C. Tello), no se esperaron encontrar a dos personajes antiguos enterrados en su terreno. Hoy te cuento más sobre "Ramón y Modesto" Las dos calaveras que "cuidan la casa". 



Las calaveras de la casa

Solía visitar la casa de mis abuelos casi todos los días. De hecho los primeros 11 años de mi vida crecí allí y desde entonces Ramón y Modesto forman parte de nuestra peculiar "familia". Pero ellos no son animales, tampoco son personas, bueno, al menos ya no lo son, se trata de dos cráneos que fueron encontrados en la casa, junto con vasijas y osamenta, mientras esta se construía. Tengo muchas historias de estos dos personajes y de las travesuras que han hecho, pero primero te voy a contar por qué las tienen en casa y por qué mi familia no es la única que sigue esta extraña "tradición".

La tradición de conservar los cráneos

Suena un poco macabro, pero mi familia no es la única que sigue esta tradición. De hecho, una vez me animé a contar esta historia en clase de Literatura Oral y el profesor me dijo que era una creencia que los cráneos protegían las casa. Y es cierto, al menos la creencia lo es, ya que este era el fin por el que mi abuela había decidido quedarse con los cráneos de estos dos hombres.

Al inicio Ramón y Modesto estaban en la sala de la casa, debajo de un mueble y todos los días mi abuela les prendía vela. Esto lo hacía porque, según su costumbre, de esa forma se les mostraba respeto a los difuntos y se les pedía permiso para estar en un terreno que antes había sido suyo. De esa forma no molestarían a los nuevos ocupantes y además protegerían la casa. 

Mientras estaba chica y viví en esa casa vi muchas cosas raras, pero nunca imaginé que no eran mi imaginación, sino las travesuras de estas dos calaveras. Por ejemplo, solía oír que movían muebles como a las 4 de la mañana cuando aún todo estaba oscuro y siempre pensé que era mi abuela que madrugaba a limpiar, pero no... más tarde supe que ella se despertaba un par de horas después,  y que si la oía gritar media hora después de que empezaban los ruidos era porque fiel a su estilo (y a su carácter) carajeaba a la nada para que el ruido terminara... y es que al parecer dos personas que nadie podía ver se "despertaban" a esa hora a lanzarse muebles invisibles y aunque si bien no se veía nada movido el ruido de las cosas moviéndose o arrojándose lo sentíamos todos. Mi abuela siempre terminaba su renegada con esta frase: "Los voy a botar a los dos si se siguen peleando" y como dos niños que han sido descubiertos por su madre, la tensión y el ruido terminaban y mi abuela se iba a dormir nuevamente.  

Ramón y Modesto fueron los nombres que mi abuela les puso a esos dos cráneos. Y solo llamándolos así dejaban de hacer sus travesuras. De hecho, cuando me mudé nuevamente a casa de mis abuelos... este par también trató de asustarme de tres o cuatro formas distintas... pero también evitaron que otro ente que me andaba molestando hace años atrás pudiera ingresar a mi cuarto a seguir fastidiándome, pero esa es otra historia. 

Acá te dejo más historias de Ramón y Modesto

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