Esta historia me la contaron hace poco, es sobre el alma en pena de un niño en Lurín. El alma de un niño que se aparecía para que encontraran su cuerpo y le dieran cristiana sepultura.
El alma en pena de un niño (relato)
Cuando Mauricio estudiaba en Lima y tenía que salir temprano y llegaba tarde, se quedaba en casa de su hermana mayor en Lurín, a dormir. Aquel cuarto, que daba al patio trasero, en el que le tocaba pasar la noche siempre se sentía frío y con una energía extraña, pero Mauricio llegaba tan cansado que solo cerraba los ojos y se quedaba profundamente dormido.
Las cosas cambiarían un día cuando llegó más temprano de estudiar, pero aún así decidió quedarse en casa de su hermana. Aún no tenía sueño y mientras leía una revista que había llevado consigo (en esa época no había televisión aún) escuchó unos golpes en la ventana. Asustado, ya que se encontraba en un segundo piso, Mauricio levantó la vista y, para su asombro vio delante de él la cara un niño.
Mauricio no era de andar contando las cosas extrañas que había visto (no era la primera vez que le ocurría algo así) por lo que no le contó nada a su hermana, ni al esposo de ella. Así pasó poco tiempo hasta que un día, cuando construían la lavandería en el patio trasero, los trabajadores encontraron un entierro. Pero no era cualquier entierro, se trataba de un niño que había muerto y al que habían sepultado envuelto en una manta blanca. La hermana de Mauricio y el esposo de ella, ofrecieron entonces una misa en honor al niño muerto, para que su alma descansara en paz, desde entonces, el niño que llamaba a la ventana no ha vuelto a aparecerse en el lugar.
Comentarios
Publicar un comentario